lunes, 8 de enero de 2007

Reproducción


Unas tortugas sanas y bien alimentadas, no sólo viven muchos años, sino que pueden deleitarnos anualmente con su reproducción.
Las tortugas acuáticas necesitan enterrar sus huevos en la arena húmeda para que se desarrollen. Como en la mayoría de los acuaterrarios no se dispone de espacio suficiente, será necesario trasladar los huevos a una incubadora lo antes posible.
El traslado debe hacerse con las máximas precauciones y manteniendo los huevos exactamente en la misma posición en que los hemos hallado. Si lo giramos podemos matar al embrión, y para ello es aconsejable marcar su cara superior con un lápiz y trasladarlos sobre algodón.El mejor sistema para realizar una incubadora casera es el siguiente: Enterramos los huevos en una pequeña cubeta de plástico llena de lana de plástico similar a la utilizada en los filtros de acuarios. Dicha cubeta la dejaremos flotar en un acuario que esté lleno hasta la mitad de agua a unos 30ºC, dejando que el sistema de “baño María” se encargue del resto. El acuario deberá estar bien tapado para conservar la humedad en su interior.
Ante todo hay que tener paciencia, pues el periodo de incubación de algunas especies puede ser superior a los tres meses. Las crías en cuanto nacen se dirigen rápidamente al agua, y durante los tres primeros días no toman ningún alimento pues aún tienen el saco vitelino pegado a su plastrón. Al cabo de ese tiempo podemos empezar a alimentarlas a base de Daphnia y larvas de quironómidos.

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